Hace unos días se ha clausurado la exposición “Fotomusic” que ha tenido como escenario Liérganes, un pueblo precioso cercano a Santander. La idea central de dicha exposición ha sido aunar fotografía y música, y para ello se ha contado con la obra de varios artistas. El motivo que me lleva a hablar de ello es la falta de ideas de algunos de los participantes; aunque la culpa no es exclusiva de ellos, sino del comisario carente de análisis crítico. Véase en la página de El Diario Montañés del 4 de septiembre, cómo las obras tituladas Nip 2006 y Escurrediscos recuerdan “curiosamente” al logotipo de la discográfica His Master’s Voice (HMV) y a una famosísima fotografía de Chema Madoz, respectivamente. En el primero de los casos me atrevería a pensar que se ha utilizado el mismo dibujo de Nipper, aquel fox terrier que el pintor Francis Barraud inmortalizara en la obra “'Dog Looking at and Listening to a Phonograph” (1899). Aparece en la misma postura y hasta con el mismo collar.

A lo largo de la historia del arte encontramos numerosos ejemplos de artistas que han reinterpretado obras del pasado, como es el caso de Manolo Valdés que ha hecho de las figuras de las Meninas uno de los ejes de su trabajo creativo, pero el plagio es otro tema. Al menos, yo lo veo así.

El resto de obras expuestas en “Fotomusic” merecen todos mis respetos, y algunas de ellas me gustan bastante (no todo van a ser críticas negativas). Para no levantar suspicacias he preferido omitir el nombre de los fotógrafos de las dos obras criticadas.