Una mañana en la cárcel

Hace unas semanas tuve la oportunidad de conocer cómo es una cárcel por dentro. Durante las primeras horas no fui consciente de donde estaba. Visitar las zonas comunes como las cocinas, el patio o el comedor, no provocó en mí ninguna sensación extraña. Fue el momento del "recuento" el que me hizo volver a la cruda realidad. El sonido seco y metálico de los cerrojos es algo que recordaré siempre.

Aviso: Disculpad las molestias por la distorsión de esta imagen. Me han pedido que hasta principios del mes de febrero no la haga pública. 12 de Enero.